Parasite (Parásito)

PARASITE (PARÁSITO) (1982)
Dir: Charles Band

Ahhh! Científicos locos y escenas oníricas... prodigiosa combinación! Humo y luces rojas. ¿Un poco del “Chest- buster” Scottiano? ¡Por supuesto, camarero!

Ya tenemos inicio con flashback al canto, cosa que siempre viene bien si no tienes ni idea de hacer películas y quieres quedar de artista total. Vamos, como Ramoncín con la música, pero (no hace falta decirlo), Band no resulta ni la mitad de repelente.

Vemos a un bicharraco lleno de dientes salir del estómago de un tío muy feo- coño, Charles, ¿No había actores un poco más agraciados?- pero todo es un sueño.

El tipo lleva un bicho dentro y llega a un pueblucho de mala muerte. Es el futuro, el año 1992 (recordad que diez años antes pensaban que eso ya sería el futuro) Solo llegar vemos arañas y serpientes, una pobre excusa para amortizar los efectos del 3-D, ya que esta película se rodó en este formato. Cuenta la leyenda que Band lo hizo porque sabía que tenía un cagarro entre las manos y así podría vender mierda presentada con celofán y un lacito.

Volvamos a la película. Sólo llegar nos encontramos con una banda de desalmados intentando violar a una chica (el cámara se recrea en el tetamen de la joven), y el tipo al mas puro estilo Clint Eastwood se pone a repartir hostias para salvarla. Lo más curioso es que las escenas de lucha son a cámara lenta, y los gañanes que van siendo apalizados siempre salen volando hacia la cámara (otra vez el dichoso 3-D). Sin el efecto tridimensional todo resulta chapucero y la lucha es tan patética como la de “Laserblast”. Bueno, tanto no.

La tía en vez de saltarle a los brazos como hacen las demás, se le lanza al cuello y se larga con los malos. ¡Te has quedado sin polvo, chaval!

Se encuentra con un tipo que le avisa que el pueblo es muy malito y esas cosas en plan oráculo, que sin venir a cuento, también tienen como resonancias míticas y por ende quedan de puta madre. La cámara se pasea detrás de bastidores y similares para “asombrar” al espectador con el 3-D, pero ahora sencillamente quedan surrealistas todas esas tomas que intentan conseguir profundidad.

Al salir de casa le vuelven a esperar los pandilleros. Más escenas de cara a la cámara, y viene lo mejor. Atraviesa a un tipo con un tubo, la cámara se acerca para un primerísimo primer plano ¡ y empieza a manar sangre del tubo! ¡Toma perspectiva caballera!

Después de despachar al malo, se larga a otro pueblucho. Se hospeda en un motel nauseabundo que lleva una vieja maquillada como una pepona. Allí monta toda clase de cachivaches científicos en la habitación.

En esas que, como siempre, al protagonista le pisa los talones un tipo del gobierno con pinta chunga, bien maqueado y que lleva un cochazo impresionante (en concreto un Lamborghini de esos con apertura vertical de puertas, ¡mascachapas y pastilleros, babead!)

Y también aparece en un bar, mientras nuestro prota se toma una sopita (no es broma), ni más ni menos que Demi Moore, libre de silicona y hablando con voz cazallera y muy diferente de la meliflua y melodiosa que le ponen por aquí.

Los efectos de Stan Winston, mucho antes de construir robots de última generación y hacer maquillajes rocambolescos, aquí son mucho más torpes y chapuceros, pero por algún lugar se empieza, ¿no?

El parásito sigue creciendo en el interior del doctor y los punkies siguen tocando los cojones. Le desmontan todo el chiringuito y se lo llevan por la fuerza a un cuchitril.
Allí el jefe de la banda abre un contenedor que lleva el doctor y ¡sorpresa, resulta ser otro parásito! El bichito se cuela dentro de uno de los punkies.

Le pegan un palizón y despierta en casa de Demi. A eso lo llamo yo un buen despertar.

El malo maloso del gobierno llega al pueblo y le arranca la mano de un laserazo al viejo que le avisa que el pueblo es malito. Gracias a esto colegimos dos cosas: 1) El viejo tenía razón. 2) El del gobierno es un cabronazo integral.

Finalmente, descubre a nuestro prota y le espera en el motel. Comienza una persecución, otra excusa para sacar el puto Lamborghini. Se le cruza- al malo- la panda de punkies que resultan trabajar para el. Cosas de la vida.

El doctor se sincera con Demi y explica que él creó el parásito con fines militares (¿Hay otros fines?) y que el bicho cuando suelte sus esporas podría contaminar a un montón de gente a la vez. Ya tenemos “El problemón” ®

El parásito que se alojaba en uno de los punkies finalmente sale a pasear tras cargarse a su huésped. Su aspecto es como el de una anguila verde y más gorda, cabreadísima como una mona y con más piñata que la María Jiménez y la Massiel juntas.

Nuestro doctor, para encontrar el antídoto necesita un espécimen, y mira que casualidad que la novia del jefe punk tiene el otro enganchado en su pierna. Le pega un bocado que no veas. Como vemos, le gusta el muslamen.

Finalmente se carga a la chica y se va a por la ama vieja del motel. Ahora le salen ventosas y todo para subir por un cristal y la pared. Gotea porquería y mocos desde el techo y se lanza a la cara de la vieja. ¡Más efectos 3-D!

Como se come a la vieja por dentro, esta pasa a sufrir el “Efecto zombie” ®, que siempre saca de un apuro a directores bisoños o despistados; el maquillaje es muy bueno, y encima ¡el bichillo acaba saliendo por la jeta de la vieja! Genial.

El doctor parece que tiene un remedio y hace salir a su parásito, que va a parar al brazo de Demi antes de caer al suelo. Ahora sólo falta matar al otro...

Entonces aparece el malo maloso y en el forcejeo acaba con el parásito en su cara. Le pegan un tiro a un tanque de gas cuando el tipo pasa a su lado y lo hacen explotar. The end.

Eso sí, después vemos un primer plano de la piel del bicho mientras todos se quedan mirando con cara de pasmo al malo churrascado. ¿Será entonces el advenimiento del segundo parásito?

Para desgracia de Band, no. Tenía en mente una secuela, pero como los resultados fueron justitos, prefirió hacer otra película. La –esta vez sí- fantástica “Metalstorm”.

¿Cómo es que hicieron falta tres (¡3!) guionistas para escribir esto? Increíble. La música vuelve a ser lo mejor, como siempre, aunque Ricardito plagia descaradamente al Goldsmith de “El Planeta de los simios”.

EL trailer-incluido como único extra del DVD- es muy bueno, se demuestra en unos minutos cómo vender una mala película con una pizca de misterio y mintiendo al espectador como un bellaco.

Casi, casi, Charles, pero como dicen por tu país, “casi pero te quedas sin puro”. Aburre por momentos y la verdad es que cuesta identificarse con un tipo más feo que El Dioni y una Demi que toda la peli lleva la camisa de leñador similar a la de “Ghost”. Quizás los productores de esa ñoñada vieron Parasite, vomitaron, y luego obligaron a Demi a lucir esa misma camisa sin mangas.
La razón solo la saben los dioses.

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