Una libélula para cada muerto (1975)


Dirigida por Leon Klimovsky

¡Por fin! En este DVD la introducción de Naschy es escueta pero llena de información, va al grano y es por lo menos hasta el momento la mejor de las que he visto.
En su autobiografía "Memorias de un hombre lobo", se reseña la película de esta manera tan pintoresca:

"Injustamente olvidado giallo, superior a la mayor parte de la obra del pope (sic) Argento, que prefigura sorprendentemente (sic) EL SILENCIO DE LOS CORDEROS. Los caldeos, la necrofilia, el travestismo y las libélulas (¡
toma ya!) configuran un interesante thriller. Muy convincente la interpretación que Naschy hace del inspector (...) Paolo Scaparella."

No, si yo también me he quedado sin palabras. ¡Y solo son cuatro líneas! Vayamos por partes: "injustamente olvidado" no es muy cierto, ya que no está olvidado, y creo que sí que debería estarlo.
Segundo, si despachas en cuatro líneas a Argento y a"El silencio de los corderos", creo que debes estar muy seguro de lo que tienes entre manos. Si eres David Lynch o John Carpenter y presentas "La Cosa" o "Carretera Perdida" y quieres pavonearte, adelante, pero si eres Paul Naschy y lo que tienes es "Una libélula para cada muerto", pues mejor lo dejamos estar, ¿no?
Tercero, lo de "convincente" de la interpretación suena a peloteo. Es ramplona sin más, y hay muchas instancias del típico coqueteo de Naschy con la sobreactuación.
Si "Los ojos azules de la muñeca rota" era un giallo italiano rodado en una España que debería de pasar por Francia, "Una libélula" se rodó en Milán, para darle más realismo a la cosa.
Y cómo no, salen escenas del comisario fumando y cocinando espaguetis en la cocina. Como hacen todos los italianos, vaya... ¡incluso tienes una escena con el típico Italianini con camiseta llena de mierda, bebiendo y gritando a su parienta!

La cosa es sencilla: hay un asesino en serie que va dejando su marca, una libélula. Mata a gente de mala vida: prostis, drogotas, chandalistas sin chándal... Tiene en jaque a toda la policía de Milan, y al inspector Paolo Scaparella (Naschy) en particular.

Todos los topicazos de los casposos Spanish 70's están presentes: violencia y apología machista, niticlús, tipos rudos y peludos, tías enseñando muslamen, el gangoso y el mariquita prototipo de chiste de Arévalo...
Para ayudar a despejar la trama, Los Caldeos vienen de muerte para explicar el porqué de las libélulas, pero queda bastante tosco, un detalle enciclopédico en una trama de los más mundana y vulgar.
En la historia también se mete a calzador el tema de la necrofília, pero no porque venga al caso, si no para aderezar la historia con truculencia barata.

Los planos del asesino están literalmente fusilados de Argento, por mucho que en la hilarante sinopsis de la peli se diga lo contrario. Planos de pies, manos y armas y sobretodo los de los apuñalamientos son calcadas a "El pájaro de las plumas de cristal" (por decir una). Y Ahí no acaba el parecido, hasta el título copia la parte "animal" del asunto. Los títulos de los giallos siempre eran muy ilustrativos y aludían a números o animales, como "Cuatro moscas sobre terciopelo azul" (¡las dos cosas a la vez!) o "Seis mujeres para el asesino".
Otro detalle que me hizo reir fue la escena donde una panda de neonazis le acorralan y le pegan una paliza a Naschy. Tanto el decorado como el vestuario me recordaron horrores a "La naranja Mecánica". Más tarde, el asesino se encarga de enviarle a Paolo la cabeza cortada y metida en una caja del instigador de la paliza, un moro chungo. Dicho plano es el que aparece en la portada del DVD y que tan cutre resulta por lo obvio del trucaje.

El asesino visita al amigo de Paolo, el inspector Milanese. Ya decía yo que hablaban demasiado de él; esto parece un episodio de "Se ha escrito un crimen". Si se refieren a alguien constantemente, acaba fiambre.
El tipo, antes de ser asesinado, va en gallumbos por su apartamento, todo muy artístico. Esta vez el arma es un paraguas con un pincho.
El inspector Scarpella se entera, coge su Fiat 124, va a casa y se lo explica a su mujer. Las supuestas cualidades interpretativas de Naschy aquí la verdad es que brillan por su ausencia. La cara que pone mientras le dice a su mujer que su amigo ha muerto es digna de verse: "estreñimiento" me viene más a la mente que "pesar".
Encuentran un extraño plano en el piso del inspector, y cómo no, lo que hace Naschy es lo que haría cualquiera, se lo enseña a su mujer para que lo interprete. Toda la policía científica de Milán trabajando el críptico mensaje, y su mujer en un par de noches lo resuelve.
"Intuición femenina", dice ella.

De vuelta a la oficina, unos puñetazos en la mesa despejan toda duda: el caso sigue siendo suyo, a pesar de las connotaciones personales que seguro darían al traste con el caso.
Vuelve a casa y le pega un buen kiki a su mujer, que aunque se resiste un poco enseguida cede al macho. De postre, ponen música de peli de Jose Luis López Vázquez (RIP), musiquilla ye-yé con aquellos estridentes con coros de tías gritando a máxima potencia.
La peli está tan anclada en los sainete de los setenta y en sus tópicos ibérico-casposos que situarla en Italia es poco más que una maniobra psicotrónica que la hace más desquiciada aún. Sólo faltaría una versión espaguettinni de Toni Leblanc y ya tendríamos el sidral al completo.
Ruggero, un guaperillas que sale al principio(uno de los sospechosos de ser el asesino) y, que por cierto, va travestido y al que Naschy llama "rufián" por ello (toma ya corrección política), acaba acorralado en un parque de atracciones.

¿Tú que harías si te persiguieran en un parque? Sencillo, subirte a una montaña rusa, para ver si despistas a una panda de polis con pistolas y una mala hostia como un piano de grande.
Le pegan cuatro tiros, tiran un muñegote horrible desde las alturas, y sanseacabó.
Naschy vuelve a casa y encuentra a su mujer investigando con una lupa y unas fotos, a lo Sherlock Holmes. Y cuando ella ya está a punto de desentrañar el acertijo (que manda cojones lo rebuscado que es, sólo os digo que una pequeña marca en un brazo es la puñetera clave), él le dice que "se quede allí jugando con sus jeroglíficos". Ella le grita: "¡Eres un escéptico, no crees en la intuición femenina, como todos los hombres!"
¿Lo ven? ¡Cabe la denuncia social en las pelis de Naschy! Seguro que algún gafapastas habrá visto en ello guiños a la futura disolución del patriarcado mediterráneo o alguna memez por el estilo.
El asesino vuelve a atacar y la verdad es que ya va quedando poca gente en la peli, así que ya podéis ir adelantando vuestras quinielas. La sombra de Argento es muy alargada, por mucho que no lo quieran reconocer, y si haces un giallo hay muchas probabilidades que tengas que fusilarle algo. Y así sucede.
Eso sí, en el final hay ciertos apuntes góticos que tanto gustaban a Naschy. Seguro que si hubiera llegado a rodar una peli sobre suecas y machos ibéricos, la hubiera acabado en un castillo con sombras, candelabros y vampiros.

Voy a cerrar esta crítica con una sencilla ecuación: Naschy+Giallo *(poca pasta) = Cagarro que te cagas.
¿La peor peli del ciclo? Por ahora sí, en cabeza, y con mucha ventaja. Un 4. Y en el IMDB le ponen un 6... pa mear y no echar gota.