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KUNG FURY



  • Título original: "Kung Fury".
  • Director: David Sandberg.
  • Guión: David Sandberg.
  • Cast: David Sandberg, Jorma Taccone, Leopold Nilsson, Eleni Young, etc.
  • Año: 2.015.
  • Especialista de BlogCaspa que se ha atrevido a analizar este ñordo: Albert Sanz.








    En la anterior entrada, ya os hablamos de este cortometraje, así que en la review del mismo iré más al grano. Para detalles del tipo concepción de la idea y tal, os remito a ella. 

    "Kung Fury" ha sido vendida como la obra maestra de la caspa de este siglo, aunque sea en formato breve —sólo dura treinta y un minutos—, algo muy temerario habida cuenta de las infrajoyas que se han estrenado en los últimos años. Yo tenía muchas ganas de verla y a la vez algo de miedo. Y es que el recuerdo de "Iron Sky" está aún muy presente porqué en su momento prometió lo mismo: toneladas de originalidad, creatividad y caspa a cargo de unos esforzados defensores del crowfunding, y el resultado fue tristemente aburrido. Además, este 2.015 tenía una fuerte competencia con "Sharknado 3: Oh Hell no!", que gracias a los dioses de Kobol, ha acabado siendo la mejor/peor de toda la trilogía. Pero "Kung Fury", con sus limitaciones argumentales (por ser tan breve) y de presupuesto, ha acabado siendo una de las mayores mierdas audiovisuales que he visto jamás. Pero una auténtica mierda chupi, o sea, una auténtica mierda de las malas... o de las buenas... bueno, ya me entendéis. 


    El corto comienza con la escena ya mil veces vista en el tráiler. Unos matones se acercan a un coche de policía y uno de ellos introduce la mitad de un monopatín debajo de un coche y pega una patada al otro extremo. Debido a la acción palanca (y a unas piernas con el poder de Hulk) el coche sale volando, los matones disparan y explota en el aire.
La escena ya nos sirve para ver la estética del film: fondos 100% infográficos y no muy realistas, colores saturados y look años 80.

    De ahí pasamos a una sala de arcade en la que unos garrulos están jugando a un videojuego en el que han de manejar un unicornio volador que lanza rayos, igualito al del logo de Laser Unicorns, productora de la película. O sea, autobombo. ¡Bien!
El caso es que los garrulos pierden la partida y se cabrean con la máquina, y ésta con ellos, hasta tal punto que cobra vida, le salen brazos, piernas y armamento pesado y comienza a desatar el apocalípsis, o casi.



Con dos cojones. ¿Puede haber una muestra de
violencia gratuita más maravillosa que esta?

    Tras unas escenas de violencia gratuita y gore exagerado, nos trasladamos a la guarida del guerrero. Un precioso ático con estética oriental, vistas a toda la ciudad, música lenta con saxo de peli porno y un putón sirviéndole una copa. Pero Kung Fury siempre está alerta; tanto que su tono de voz indica serios problemas de estreñimiento (motivo por el cual habla como si estuviera enfadado), siempre lleva su uniforme de trabajo y su placa, y cuando recibe una llamada su bíceps se tensa tanto que revienta el teléfono. Y por supuesto, nada de perder el tiempo: un héroe ha de salir rompiendo la puerta, lanzándose al vacío, disparando en el aire al coche para que se abra la puerta y entrando en él como si tal cosa. En fin, que podría poner una foto del momento, pero prefiero ponerla del plano en que aprieta el acelerador. Sólo puedo decir una cosa: ¡vivan los diseños atemporales!



    Kung Fury aparece en medio de la masacre montado encima de su coche (¡encima, no dentro!) y disparando a la vez. A partir de aquí comienza una pelea de lo más divertida, en el suelo, en un helicóptero, en una grúa, en el espacio... mientras la imagen y el audio va y viene como si fuera una cinta VHS en mal estado. Al fin, nuestro héroe vence en medio de una explosión bastante lograda.



    En los siguientes minutos se nos lleva a la historia de cómo un joven policía llegó a convertirse en el azote del crímen. Algo tan simple y estúpido como que persiguiendo a un matón experto en artes marciales, y tras matar éste a su compañero (impresionante el detalle de la lengua), le picó una cobra y le cayó un rayo simultáneamente. La sabiduría de miles de monjes y practicantes de kung fu le fue otorgada, convirtiéndose en KUNG FURY!!!!!!!!!!! A mi no me miréis, que yo no he escrito el guión. Después de eso, aprovechó para vengarse y matar al matón, con otra bonita explosión de fondo (y apropiándose de un trozo de la tela de su traje, para convertirlo en cinta para la frente y así homenajear al personaje Ryu del videojuego "Street Fighter 2").

¿Alguien ha dicho Van Damme?


    Después de esto, créditos con música tecno-westcoast rock a lo Jan Hammer e imágenes en plan "Miami Vice" pero en cutre. Kung Fury se presenta en comisaria —nótese el detalle de que la comisaria es infográfica, incluídos algunos de los agentes—, donde su jefe le lee la cartilla porque para capturar a la máquina se ha cargado media ciudad. Además le impone a un nuevo compañero, de nombre Triceracop. Kung Fury no quiere volver a tener compañeros desde la muerte del anterior, y tampoco los necesita. Como tampoco necesita someterse a la ley. Porque él es Kung Fury, defensor de los débiles de y la justicia. Y la justicia no tiene dueño. Además de que ser policía es un estado mental, no algo que lo diga una placa. OH YEAHH!!! Así que dimite. Y por cierto, el aspirante a compañero se llama Triceracop porque tiene este aspecto.

Ya veis que la cantidad de subnormalidades que aparecen
en tan sólo media hora es memorable. ¡Y sólo llevamos ocho minutos!


    Mientras tanto, resulta que Adolf Hitler ha viajado en el tiempo hasta los 80, y lo primero que se le ocurre es robarle el tocho teléfono móvil a un guaperas que se jactaba de haber contraído el SIDA (¡ah los 80, qué inocentes éramos!), llamar a la ex comisaria de Kung Fury y comenzar a disparar al micrófono del teléfono, ¡haciendo que las balas viajen inalámbricamente y hagan una escabechina que ríete tú de la de "Terminator"
Tras destruir el teléfono de la comisaria, nadie es capaz de rastrear el origen de la llamada. ¿Nadie? Sí que hay alguien. Si estamos en los 80, tiene que aparecer el nerd informático capaz de hackear lo que sea a 28 kbps de velocidad... o menos. Además, como es un nerd molón (o eso debe creerse) y sidekick del protagonista, le meten un rótulo anunciando su presencia.



    Haciendo uso del recurso de la elipsis, ya que no tenemos ni tiempo ni presupuesto, Kung Fury y Hackerman aparecen en el zulo de éste, lleno de Amigas, Commodores y Spectrums y habiendo localizado el origen de la llamada y quien la realizó. Fury comenta que Adolf Hitler, además de ser el cabrón genocida que todos conocemos, fue el luchador más experto del mundo. Incluso se cambió de nombre por el de Kung Führer. También conocía la leyenda del poder místico de Kung Fury, pero como no fue capaz de replicarlo en laboratorio, se ralló y desapareció hasta el día de hoy, En ese momento se dan cuenta de que ha viajado en el tiempo y que lo que han sido segundos para Hitler, ha sido cuarenta años para la humanidad. Más o menos como lo que pasa en "Regreso al futuro II", que si Marty McFly y su novia han estado desaparecidos treinta años no pueden encontrarse consigo mismos habiendo fundado una familia. 
Pero no desvariemos. Kung Fury quiere viajar al pasado, a la Alemania nazi y cargarse a Hitler antes de que realice su viaje en el tiempo, por lo que Hackerman diseña un programa al instante para hackear las células del ex agente y mandarlo al pasado. Y para eso, nada mejor que usar un MSX y un Spectrum 48K (el de las teclas de goma... ¡qué mono!) con monitores de fósforo naranja y conectados entre sí.



    Kung Fury no acaba yendo al pasado, sino a tomar por culo; tanto, que acaba en la época vikinga, en la cual guerreras jamonas que cabalgan sobre lobos gigantes luchan contra dinosaurios que lanzan rayos lásers de sus ojos empleando UZI's y metralletas de esas enormes que se usan en helicóperos (WTF???). Y también hablan inglés moderno y conocen el concepto de policía y viaje en el tiempo. Y de hecho, son tan molonas que también tienen su rótulo anunciador.



   Unas de las guerreras, Katana, lleva a Kung Fury hasta Asgard a lomos de un dinosaurio domesticado mientras suena la mejor melodía A.O.R. de los últimos años. El ex policía le explica su historia en diez segundos y ella llama a un colega suyo para que le ayude. El colega es nada más y nada menos que Thor, al cual le gusta que le dirijan comentarios elogiosos respecto a sus pectorales. Thor abre un portal del tiempo y envía a Kung Fury directo a la Alemania nazi.
A partir de aquí, comienza una larga lucha entre Fury y decenas de soldados alemanes. Algunos frikis han descubierto la semejanza entre ciertos golpes y movimientos de esta escena con los de algunos célebres videojuegos de lucha. Yo a tanto no llego. Pero sí que es divertido ver como Fury desmembra a los soldados y usa sus miembros como arma.
Lo que resulta muy curioso es que luchan ante un croma en el que se ven a miles de soldados en plan "nos atacan, ¿qué hacemos" sin saber a dónde ir. El efecto es raro de explicar, pero es como si hubiera cientos de soldados formando un cuadrado y Fury sólo luchara contra los de un lateral.


A PARTIR DE AQUÍ, SPOILERS DEL FINAL


    A todo esto, cortesía de Thor again, aparecen Hackerman —quien se autohackea para convertirse en computadora robot—, Barbarianna, Katana y su dinosaurio, Triceracop y el mismo dios del trueno. 



    Pero Adolf Hitler no sería Kung Führer sino fuese tan fuerte como astuto, así que consigue matar a base de plomo a nuestro héroe. Si creías que todo esto era surrealista, espérate a la siguiente escena. El espíritu del protagonista se transforma en dibujos animados y viajando en coche y en helicóptero, de igual manera que la intro de la mítica serie "M.A.S.K.", llega al otro mundo y se encuentra con una cobra que se mueve en una especie de moto voladora como las de "Flash Gordon". La cobra le explica que es su guía espiritual en el otro mundo y que ha fallecido. Kung Fury está cabreado porque no ha terminado su misión. La cobra le vuelve a recordar el pequeño detalle de que está muerto, pero Kung Fury se despidió en la comisaria porque le cortaban las alas para imponer la justicia a los villanos y hacer del mundo un lugar mejor. ¡Y LA MUERTE NO VA A SER UN OBSTÁCULO! Así que se lanza a detener a su guía espiritual ¡por obstrucción a la justicia!


Definitivamente, Chuck Norris tiene un serio rival.


    Antes de que la líe más en el otro mundo, el ex policía es resucitado con la ayuda de Hackerman que ha hackeado sus heridas de bala. Y yo, atónito ante semejante chorrada, no dejo de preguntarme qué es exactamente hackear, porque vamos, sirve para todo. ¿Alguien puede hackearme el falo para convertirme en el próximo Rocco Siffredi?
Hitler intenta convencer a Fury de que se una a él, pero éste le mete un hostiazo en los huevos que hace que salga volando. Antes de que Thor lo remate con su gigantesco martillo, una especie de águila robótico nazi protege a su líder. El resultado es que los dos son desintegrados.
Abrazos entre todos, Kung Fury haciendo las paces con Triceracop y todos riendo ante un pequeño discurso ético y moralizante que suelta el dinosaurio de Katana.


    Volvemos al futuro, al momento en que Fury se dirige a pelear contra la máquina de videojuegos del principio, y justo antes de salir a montarse en el techo del coche y dispararla. El ordenador de a bordo se pone chulito y no quiere abrir las puertas. Al final la discusión no era más que una broma. No os digo más, pero el ordenador tiene esta imagen y esta voz:


 
    Fury destruye a la máquina de nuevo y ve en un lateral una esvástica. Tras unos segundos de desconcierto y de preguntarse a sí mismo "un segundo, ese símbolo ya lo he visto en alguna parte", recuerda toda la movida, mientras vemos que, protegido por el águila robótico, Hitler ha vuelto a viajar en el tiempo hasta los 80.


FIN DE LOS SPOILERS


    Como habéis visto, parece que la historia del guionista y director David Sandberg —y también actor, puesto que es nuestro nuevo ídolo Kung Fury— haya sido creada por un niño al que se le haya dado carta blanca. En BlogCaspa suscríbimos el dicho ese que afirma que toda película mejora si aparecen robots, ninjas, dinosaurios o viajes en el tiempo. Pues aquí tenemos todo eso junto a una impresionante estética ochentera, armas tochas, gore, explosiones, interpretaciones justitas, dioses mitológicos, un inesperado cameo de DIOS DAVID HASSELHOFF y un cúmulo de absurdos uno tras otro. Vamos, un sueño para todos los caspoadictos.

    A nivel de guión, lo cierto es que el desarrollo es muy dinámico, demasiado incluso, pero es lo que tiene ceñirte a media hora de duración contando créditos. Todo es demasiado acelerado, aunque tampoco se tiene la sensación de que esté mal explicado. Quizás el final sea algo confuso, ya que no queda claro porqué cuando Kung Fury regresa a su tiempo no recuerda el enfrentamiento contra Hitler y porqué vuelve al punto en el que luchó contra la máquina. Pero al menos no da tiempo a que haya bajón alguno. No hay tiempo para aburrirte y eso es bueno.

    A nivel de estética, cierto es que hay una gran cantidad de infografía, pero lejos de lo que pueda parecer, está muy bien realizada. Triceracops y el dinosaurio de Katana están muy bien hechos, al igual que la máquina de videojuegos asesina. No buscan el efecto especial realista de muchas producciones actuales, que de tan realista no lo disfrutas porque no eres consciente de que es un efecto especial, todo lo contrario. Aquí se ha buscado una estética en la que se vea que estás ante una larga fantasía realizada por ordenador. Que ya que no tiene un gran presupuesto, al menos que se note lo que están haciendo.
Lo que cuesta de dilucidar si mola o no es el color de la película, porque el efecto es algo raro, entre videojuego y película antigua.

    ¿Y la banda sonora? Una auténtica delicia de tecno, A.O.R. y westcoast rock. El tema de DIOS DAVID HASSELHOFF "True survivor" era una gozada macarra, pero el resto no tiene desperdicio. Fans de Jan Hammer, Giorgio Moroder y Tangerine Dream, no os los perdáis.




    En conclusión, "Kung Fury" es absurda lo mires como lo mires, pero está hecha con un cariño que no es habitual. Destila amor por los 80 y las películas de acción de la Cannon.

    Y para acabar, sólo me queda que agradecer a los miles de donantes que invirtieron su dinero en la campaña de crowfunding, ya que sin ellos no habríamos podido disfrutar de este mojón.

    Llamadme exagerado, pero "Kung Fury" no sólo compite de tu a tu con la mayor mierdachupi del año, o sea, "Sharknado 3: Oh Hell no!", sino que posiblemente la podremos poner en nuestro caspómetro histórico junto a "Starcrash: choque de galaxias" y "Troll 2".

    ¡Gracias David Sandberg!